jueves, marzo 06, 2014

GÓTICA

Si Buenos Aires fuera Ciudad Gótica, el logotipo del hombre murciélago proyectado sobre el telón gris de las nubes indicaría que es hora de entrar en acción.
Y veríamos al batiauto con Batman y su efebo Robin correr por las calles desiertas para acabar de una vez por todas con las tropelías del Guasón.
Y el pibe chorro al que acaba de tirotear la cana vería llegar al batiauto, frenar espectacularmente frente al patrullero, vería aunque ya algo borrosa la figura del murciélago antropoide abrazarse con su asesino de uniforme mientras lo felicita porque así se hace, cagarlos a tiros es la única manera de acabar con esta lacra.

Pero Buenos Aires no es ciudad gótica, es la capital de un país del culo del mundo que, a más de doscientos años de haber sido inventado por la conjura de un grupo de locos, hierve en el caldero de las sociedades irredentas, blancas pero también indias, mestizas y negras a su pesar, infectadas de pobreza que les hace subir la fiebre hasta sumirlas en el delirio de creerse París, Nueva York, cualquier cosa menos esto.

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