No te olvides de mí cuando te
despidas de toda percepción de lo vivido. Cuando llegue el tiempo gris y
amanezca sin rocío.
No te olvides de mí cuando
lleves en tu vientre los llantos de la infancia, las canciones de la tempestad,
las confidencias del viento no te olvides.
No te olvides del día en que
dijiste no es posible y era, de la noche que elegiste, de la puerta que no
debió abrirse desde dentro, de la ventana al miedo, del fuego apenas sofocado
por tus párpados no te olvides de mí.
No te olvides cuando todavía
empecinada y locamente despiertes envuelta en aquella bandera fugaz que no
debimos arriar nunca, de la tristeza furiosa, de la guerra suicida no te
olvides de mí ni de mi amor ni de mi olvido.
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