sábado, octubre 29, 2011

AGUAS MANSAS DE ESCRITORES


Cardúmenes de chupaculos amenazan tus genitales, si te sumergís

Los políticos a los que tanto denostamos nos representan, por eso son ellos y no otros los que están ahí, jodiéndonos la vida.
Un ejemplo –hay tantos…
En reuniones de escritores hay por lo general un personaje con mayor “poder” que el resto. No hablo de talentos, tampoco –quede claro- de un poder real. Pero tienen lo suyo: influencia en los medios, bien o mal ganado prestigio, fuerte personalidad o lo que sea. A su alrededor, casi por las mismas leyes por las que se atraen o se repelen los cuerpos, a ese personaje “se le pegan” los chupaculos. Antiguos chupaculos o recién llegados chupaculos, todos luchan por sobresalir en la escala jerárquica, por estar más cerca y/o más pegado al personaje.
Este fenómeno, que tiene su explicación –no su justificación ética- en la política, la tiene menos en nuestro entorno “cultural”. Aunque la tiene, sí, porque algo, o mucho, logran en materia de promoción personal o de simple figuración.
Estate atento, cuando te toque ir a un encuentro de escritores: parece un lago manso, un espejo de agua quieta que invita a zambullirte y nadar. Pero llevate salvavidas porque, por debajo, oscuros remolinos podrían chuparte hacia los abismos insondables del chupaculismo.

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