viernes, abril 29, 2011

POLÍTICOS


Cuando los partidos políticos, tan criticados y a menudo con razón, estallan –como sucedió en la Argentina del 2001-, se fragmenta la representación, los espejos, las herramientas básicas de una democracia. Lo que queda es lo que vemos por estos días: candidatos elegidos a dedo o por ellos mismos que, atentos a las encuestas, se posicionan o se bajan, hacen alianzas con quienes saben que no podrían compartir un solo día de gestión, mienten y se desmienten para volver a mentir. No hay no hay debates, no hay proyectos de futuro ni análisis no panfletario del presente.
La realidad huye aterrada de este cementerio de ideas, se apagan las luces y el pasado ingresa en triunfo en la cripta de los resucitados.

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